Es increíble ver como lentamente se desploman las economías regionales, producto de la baja internacional del precio de los commodities y, fundamentalmente del cóctel explosivo que está fabricando el ministro Kicillof.
La conjunción de alta inflación, tasas de crecimiento negativa y dólar barato, no hacen más que recordarnos las crisis que hemos padecido en los últimos 30 años, incluida la del año 1982.
Estas crisis no son otra cosa que producto de economistas de laboratorio que en lo único que piensan es en probar recetas para después vivir dando conferencias alrededor del mundo, pagas, acerca de su experiencia y de las consecuencias de su labor, que siempre son sufridas por la gente, nunca por ellos.
La total y absoluta falta del "baño de humildad" que padecen quienes manejan la economía nos muestra la total falta de vergüenza que tienen.
Espero sinceramente que reflexionen y cambien de una buena vez el rumbo.
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